3.A RAMAS DE ESTUDIO DE LA CIENCIA ECONÓMICA
La ciencia económica puede dividirse en dos grandes ramas para su estudio: la economía positiva y la economía normativa.
Economía positiva
Estudia lo que es, ha sido o podría ser, es decir, analiza de manera objetiva los fenómenos económicos tal como han sucedido o pueden suceder. Si, por ejemplo, decimos que “un salario mínimo por encima del salario de equilibrio ocasionará un aumento del desempleo”, o que “la bajada de impuestos hará que incremente el consumo”, estamos realizando proposiciones económicas positivas, que se pueden contrastar con la realidad para comprobar si se cumplen o no. Estos enunciados carecen de juicios de valor, únicamente predicen lo que va a ocurrir en el caso de que se apliquen dichas medidas.
A su vez, la economía positiva se subdivide en:
- Teoría económica. Estudia los hechos con un elevado grado de abstracción y generalidad. Dentro de ella, se distinguen dos grandes áreas de conocimiento:
- Microeconomía. Se ocupa del estudio del comportamiento de los agentes económicos individuales, es decir, de las familias como unidades de consumo y de las empresas como unidades de producción, así como sus interrelaciones. Por ello, cuando hablamos del nivel de producción de una empresa determinada o del precio de los tomates, estamos haciendo planteamientos típicamente microeconómicos.
- Macroeconomía. Estudia el funcionamiento de la economía en todo su conjunto. Analiza el comportamiento global de una economía reflejado en un número reducido de variables que son obtenidas a partir de la suma de las actuaciones de los agentes individuales. El Producto Interior Bruto (PIB), por ejemplo, es una magnitud que mide la producción de bienes y servicios de un país durante un período de tiempo determinado.
- Economía aplicada. Estudia los hechos con menor grado de abstracción y mayor detalle. Engloba la estructura económica, que describe la realidad presente, y la historia económica, que se encarga del estudio de la realidad pasada.
Economía normativa
Estudia lo que debería ser, es decir, valora las situaciones y recomienda actuaciones para intentar mejorar la realidad. Las proposiciones normativas tienen un carácter subjetivo, ya que están impregnadas de los juicios de valor de quien las formula. Por ejemplo, si decimos que “habría que incrementar el salario mínimo un 10%” o que “habría que bajar los impuestos”, estamos realizando proposiciones económicas de tipo normativo, en las que cobra especial importancia el punto de vista personal de quien las realiza.
Su máximo exponente es la política económica, que es la forma concreta en que el Estado interviene en la actividad económica para lograr determinados objetivos: eficiencia económica, equidad, alto nivel de empleo, estabilidad de precios, etc., haciendo uso de los medios de los que dispone: política fiscal, política monetaria, política de rentas, etc.
