5. La importancia de las PYMES en la economía

Como hemos visto, las empresas buscan el crecimiento a través de distintas estrategias. La posibilidad de obtener economías de escala y otras ventajas hace que las empresas sean más competitivas cuanto mayor es su tamaño. De hecho, en ciertas actividades, la empresa ha de ser grande desde su creación (banca y seguros, petroquímicas o fabricantes de coches), ya que se requiere una gran inversión inicial. Sin embargo, ello no quiere decir que las empresas pequeñas y medianas estén condenadas a desaparecer, ya que existen múltiples circunstancias que aconsejan una menor dimensión.

Las razones por las que la salud y la pervivencia de las pymes están garantizadas son las siguientes:

  • Son las más adecuadas para algunas actividades. Existen oportunidades en el mercado que la gran empresa no explota debido a su falta de adaptabilidad y que son aprovechadas por las pymes, tales como:
    • Actividades muy afectadas por la moda y, en general, actividades de demanda muy inestable, como sucede en el sector turístico.
    • Actividades artesanales en las que es más importante la habilidad y destreza del factor humano que la mecanización.
    • Sectores de tecnología punta (por ejemplo, electrónica avanzada) que requieren personal altamente cualificado, o actividades donde la creatividad es esencial.
    • Actividades en las que es importante el contacto directo con el cliente y el trato personalizado.
    • Actividades nuevas en las que es casi exclusiva la presencia de las pymes, ya que hasta que los mercados no se consolidan, con una demanda suficiente y estable, no aparece la gran empresa. Así ha ocurrido, por ejemplo, con la microinformática.
  • La complementariedad entre empresas grandes y pequeñas es necesaria en muchos sectores. En muchos casos coexisten dentro del mismo sector grandes y pequeñas empresas, dedicadas cada una de ellas a una faceta específica del proceso. Así:
    • En actividades agrícolas o artesanales es frecuente que la producción se dé en pequeñas empresas, mientras que la comercialización y la distribución la efectúan las grandes. Así se reducen los costes de distribución y se ofrece al cliente un producto homogéneo y garantizado, como sucede con determinados productos alimenticios (leche, huevos, carne), que se producen en pequeñas explotaciones y se comercializan a través de grandes distribuidores.
    • En algunos sectores, grandes empresas realizan la fabricación (por ejemplo, de productos en serie que requieren la gran dimensión para lograr costes reducidos) y pequeñas empresas se encargan de la distribución para adaptarse mejor a las exigencias de la demanda individual. En la industria del automóvil, por ejemplo, es compatible la gran dimensión en el aspecto industrial (fabricación de automóviles) con la pequeña dimensión en el orden comercial (concesionarios de automóviles), dado que la cercanía al cliente y el clima de confianza favorecen las ventas.
    • En muchos sectores las grandes empresas productoras suelen necesitar una industria auxiliar de tamaño más reducido, abastecedora de componentes, envases, servicios de mantenimiento y reparación, etc.

En resumen, la dimensión adecuada dependerá de la naturaleza de la actividad a la que se dedique la empresa, el tipo de mercado, su organización interna, etc. En cualquier caso, la empresa, a la hora de diseñar su dimensión debe analizar qué ventajas e inconvenientes presentan los distintos tamaños, tanto desde el punto de vista productivo como comercial y financiero.

Ventajas e inconvenientes de las pymes

Las pymes presentan una serie de aspectos positivos y negativos ante el reto de competir en mercados cada vez más abiertos y globales. Entre las ventajas están:

  1. Dada su cercanía al cliente, tienen una mejor posición en los mercados locales en los que se valora el trato personalizado y la relación más directa y humana.
  1. Son más flexibles para adaptarse a los cambios coyunturales de la economía. Así, en épocas de crisis económicas reaccionan más rápidamente que las grandes empresas.
  1. Las relaciones con los trabajadores son más fluidas y humanas (mayor participación y comunicación), por lo que tienen menos conflictividad laboral.
  1. Tienen una mayor adaptabilidad para satisfacer demandas de mercado muy específicas, que no son atendidas por las grandes empresas.
  1. Necesitan menos inversión inicial.

Como inconvenientes destacan:

  • Los recursos financieros a los que tienen acceso son escasos y caros. Sólo se financian a través de las aportaciones de sus propietarios y de préstamos bancarios. No cuentan con la financiación del mercado de valores (Bolsa).
  • Su pequeña dimensión hace que no puedan aprovecharse de las economías de escala propias de las grandes empresas.
  • Tienen poco poder de negociación con clientes y proveedores: casi siempre se limitan a aceptar las decisiones sobre precios y plazos que les marcan.
  • El nivel de cualificación y competencia técnica de sus trabajadores y directivos es generalmente menor que en la gran empresa, ya que las personas más cualificadas prefieren trabajar en las grandes empresas por sus posibilidades de promoción.
  • Obsolescencia tecnológica, motivada por el rápido desarrollo tecnológico y los adelantos en la investigación y la falta de recursos para adquirirlos y formar al personal. Ello implica mayores costes para la pyme y menor calidad de su producción.

Asimismo, hay que destacar que las pymes constituyen el 90% del total de las empresas españolas y proporcionan una parte muy importante de los puestos de trabajo, lo que explica su protección por parte de los poderes públicos. Su capacidad para generar riqueza y empleo, así como su flexibilidad y capacidad de adaptación, las han convertido en el punto central de las políticas de generación de empleo y desarrollo económico de los países que forman la UE.

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