5. Nuestro sistema económico
Cualquier sociedad, independientemente de su tamaño, de su grado de desarrollo y de su sistema político, trata de solucionar, en la medida de lo posible, el problema económico básico que, como vimos, consiste en decidir cómo satisfacer las necesidades ilimitadas de sus miembros por medio de unos recursos que son escasos.
Este problema de carácter general se subdivide en otros tres más concretos que a su vez, son fundamentales e interdependientes: ¿qué producir?, ¿cómo producir? y ¿para quién producir?, es decir, toda sociedad debe decidir cómo asignar sus recursos entre las distintas actividades productivas y cómo se van a distribuir los bienes y servicios de consumo entre los individuos que la componen.
Pues bien, el mecanismo con el que una sociedad se organiza para dar respuesta a estas cuestiones es su sistema económico.
Ha habido varios sistemas económicos a lo largo de la historia, pero los más importantes han sido el sistema económico capitalista, el sistema económico de planificación centralizada y, el que predomina hoy en la mayoría de los países del mundo que es el sistema de economía mixta, llamado así porque es una mezcla de los dos anteriores.
Este sistema económico comenzó a aplicarse en Europa Occidental tras la Segunda Guerra Mundial y se basa en las ideas de John Maynard Keynes.
Cualquier sociedad, independientemente de su tamaño, de su grado de desarrollo y de su sistema político, trata de solucionar, en la medida de lo posible, el problema económico básico que, como vimos, consiste en decidir cómo satisfacer las necesidades ilimitadas de sus miembros por medio de unos recursos que son escasos.
Este problema de carácter general se subdivide en otros tres más concretos que a su vez, son fundamentales e interdependientes: ¿qué producir?, ¿cómo producir? y ¿para quién producir?, es decir, toda sociedad debe decidir cómo asignar sus recursos entre las distintas actividades productivas y cómo se van a distribuir los bienes y servicios de consumo entre los individuos que la componen.
Pues bien, el mecanismo con el que una sociedad se organiza para dar respuesta a estas cuestiones es su sistema económico.
Ha habido varios sistemas económicos a lo largo de la historia, pero los más importantes han sido el sistema económico capitalista, el sistema económico de planificación centralizada y, el que predomina hoy en la mayoría de los países del mundo que es el sistema de economía mixta, llamado así porque es una mezcla de los dos anteriores.
Este sistema económico comenzó a aplicarse en Europa Occidental tras la Segunda Guerra Mundial y se basa en las ideas de John Maynard Keynes.
¿Cómo afronta los problemas económicos básicos?
- ¿Qué producir y en qué cantidad?
Al igual que en el sistema de economía de mercado, la asignación de la mayoría de recursos se lleva a cabo en el mercado a través de las decisiones de los agentes económicos privados. Esto significa que depende de los gustos y las preferencias de los consumidores, que están dispuestos a pagar más por aquello que más desean, lo que conduce a las empresas a producir los bienes y los servicios que más demandan los consumidores, movidas por su afán de obtener el máximo beneficio posible.
Portada de la revista Time de 1965, dedicada a John Maynard Keynes.
Pero el Estado tiene un papel importante en la producción de bienes y servicios de interés social, como la educación y la sanidad (públicas) y, a su vez, puede intervenir en la formación de precios, tanto en el mercado de bienes y servicios como en el mercado de factores, con la finalidad de favorecer el interés general (por ejemplo, al fijar el SMI o Salario Mínimo Interprofesional).
- ¿Cómo producir? Al igual que en la economía de mercado prima la eficiencia en la producción, es decir, las empresas seleccionarán aquellas combinaciones de factores productivos y tecnología que le sean más rentables pero, para las empresas de capital público, la consecución de objetivos de interés social es prioritaria (equidad, igualdad de oportunidades, nivel mínimo de calidad de vida para toda la ciudadanía,…).
- ¿Para quién producir? Al igual que la respuesta a las cuestiones anteriores, es una mezcla de ambos sistemas pues, una parte de los bienes y servicios será para aquellos que puedan pagar el precio de los mismos, sabiendo que la distribución de la renta entre la población viene determinada tanto por la cantidad de factores productivos que poseen como del precio de los mismos, ya que para conseguir ingresos los individuos ofrecen los factores de producción que poseen en el mercado de factores obteniendo a cambio de los mismos unas rentas.
Sin embargo, el Estado interviene redistribuyendo la renta a través de impuestos (IRPF, IVA,…), transferencias sociales (prestaciones por desempleo, pensiones de jubilación, becas) y, también, a través de las subvenciones a empresas, con el objetivo de que el reparto de la renta sea más equitativo.
Ventajas de las economías mixtas
- Aprovecha la eficiencia de los mercados.
- Los agentes económicos son libres de decidir, familias y empresas consumen y producen según sus preferencias y disponibilidades.
- El Estado interviene para corregir los fallos que estos mercados presentan, como pueden ser la inestabilidad cíclica, la escasez de bienes no rentables, el deterioro del medio ambiente, los abusos que cometen algunas empresas y la desigual distribución de la renta y la riqueza.
Limitaciones del sistema de economía mixta
Presenta los mismos inconvenientes que hay en los otros dos sistemas, dependiendo del peso específico que tenga el Estado y el mercado en cada país. En el caso del sistema capitalista serían los citados en el párrafo anterior como los fallos del mercado[1]. En el caso de las economías de planificación centralizada, serían la falta de incentivos que hay en lo público para ser eficiente, los fallos en la planificación de la actividad llevada a cabo por las autoridades públicas y el excesivo papeleo que requiere.
[1] AMPLIACIÓN – BREVE EXPLICACIÓN DE LOS FALLOS DEL MERCADO:
- Las externalidades. Son los efectos que muchas actividades económicas generan y repercuten sobre la sociedad y el medio ambiente, la mayor parte de las veces de forma negativa. Por ejemplo, la contaminación del aire y el agua que provocan algunas fábricas, los problemas de ruido y aparcamiento que sufren los vecinos en las zonas donde hay muchos bares, restaurantes y pubs, el tabaco para los consumidores pasivos, etc. El Estado debe evitar estos efectos o al menos paliarlos en la medida de lo posible: para ello establece regulaciones (como no fumar en los locales públicos o límites al dióxido de carbono que pueden emitir los tubos de escape de los coches), sanciona a quien no las cumpla, fija impuestos (como al gasoil) e incentiva las buenas conductas (ayudando a las empresas que empleen tecnologías menos contaminantes, que inviertan en I+D+i,…).
- Los bienes públicos. Son bienes que cumplen dos características: una, el coste de extender el servicio a una persona adicional es cero y dos, es imposible impedir a una persona que use ese bien. Son ejemplos los faros, el alumbrado y el alcantarillado de las calles, las calles peatonales, etc. El problema de este tipo de bienes es que a las empresas no les resulta rentable producirlos, y es por eso por lo que tiene que hacerlo el sector público. Hay otros bienes que aunque no cumplen de forma estricta estas características también son considerados bienes públicos, como la sanidad y la educación, porque se considera deseable que todo el mundo tenga acceso a ellos aunque no pueda pagarlos.
- El abuso de poder de algunas empresas. Respecto a los consumidores, las grandes empresas suelen tener posición dominante para fijar precios y condiciones en el mercado. Como ejemplos tenemos las últimas subidas de los precios de la luz, la gasolina, del agua, etc. Pero también puede aprovecharse de sus trabajadores, pagándoles poco o encadenando contratos temporales. Para que estos casos no sucedan el Estado fija normas (en materia laboral, de fomento de la competencia, sobre los derechos de los consumidores,…) y vela por su cumplimiento.
- La inestabilidad creada por los ciclos económicos. Cada cierto tiempo la economía entra en crisis. El problema durante las crisis es que las empresas no venden y tienen que despedir a sus trabajadores. Los trabajadores al ser despedidos todavía consumen menos, lo que genera un ciclo vicioso. En estos periodos el Estado puede aumentar su ayuda a las familias o empresas que peor lo estén pasando para que sigan consumiendo y produciendo de manera que así se salga de la crisis lo antes posible. Por ejemplo, el plan PIVE, subsidio de desempleo,… Tampoco es todo maravilloso cuando se supone que la economía “va bien” porque suele aparecer otro problema y es la subida de los precios, y cuanto más suben los precios más pobres somos porque con la misma cantidad de dinero podemos comprar menos cosas.
- La desigual distribución de la renta y la riqueza. No todas las personas nacen con las mismas oportunidades ni con las mismas capacidades. El mecanismo de mercado se asienta en un reparto previo de la renta y la riqueza que es desigual, y esa desigualdad determina la capacidad de las personas para participar en el consumo. Es decir, el mercado asigna los bienes a quien puede pagarlos. Si no hay ninguna intervención externa al mercado, este necesariamente reproduce la desigualdad. Ante esta situación el Estado redistribuye la renta haciendo de “Robin Hood” quitándole a los que más tienen, haciéndoles pagar impuestos, y dándoles a los que más lo necesitan a través de ayudas (como las pensiones, becas, prestaciones y subsidios de desempleo). Para llevar a cabo esta labora también cumple un papel muy importante que el Estado garantice a todo el mundo el acceso a servicios como la sanidad, la educación o la justicia.
