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El marco legal de una empresa consiste en una serie de restricciones que delimitan hasta dónde puede llegar o cómo puede actuar la misma en su quehacer cotidiano.

Si la actividad empresarial no estuviera regulada por una serie de normas jurídicas habría muchos problemas como pueden ser la falta de seguridad jurídica por no estar inscrita la empresa en ningún registro; abuso de su posición dominante (si la tuvieran), competencia desleal, llevar a cabo prácticas que limiten la competencia; no pagar impuestos ni cotizaciones sociales de los trabajadores; falta de información económica y financiera de la empresa por no tener obligación de llevar la contabilidad según una normas comunes; que los proveedores no cobren si la empresa va mal, etc.

Para evitar este tipo de problemas está tanto la legislación mercantil como la fiscal. La legislación mercantil recoge las leyes y normas que regulan la actividad económica de la empresa; entre las más importantes encontramos:

Así mismo, se debe prestar atención a la legislación en materia fiscal o impositiva:

En esta unidad nos centraremos en ver las características de las distintas formas jurídicas (dictaminadas por la normativa anterior) y cuáles son los factores decisivos a tener en cuenta a la hora de elegir una u otra al montar la empresa.