3. El consumo
Para comprender los motivos que llevan a los agentes económicos a gastar más o menos vamos a analizar detenidamente los dos componentes más importantes de la DA: el consumo y la inversión.
El consumo es el principal componente de la DA representando un 60% de la misma. Por consumo se entiende el gasto total realizado por las familias en bienes y servicios en un periodo dado. Incluye tanto bienes duraderos (muebles, coches, electrodomésticos, etc.) como perecederos (comida, viajes, etc.). No incluye la compra de vivienda, que se considera gasto de inversión.
A. FACTORES DE LOS QUE DEPENDE
El consumo depende, entre otros factores, de:
- La renta disponible de las familias. El consumo crece en la medida que aumenta la renta. No obstante, conviene matizar que tan importante como la renta actual lo es la renta permanente, es decir, la renta que se tiene por término medio a lo largo de la vida. Una familia no determina su nivel de consumo en función sólo de su renta actual, sino que tiene en cuenta sus ingresos pasados y futuros. Ello explica que, en épocas de menos ingresos, las familias mantengan sus gastos disminuyendo su ahorro o pidiendo prestado.
- Los tipos de interés y las facilidades para obtener créditos también influyen en el consumo. Como muchas compras se hacen con préstamos, si bajan los tipos de interés resultará más barato pedir prestado, lo que favorece el consumo. Lo mismo ocurre si los bancos dan más facilidades para obtener el crédito que se necesita.
- El ciclo vital de las personas. Los jóvenes y los ancianos son más propensos a gastar su renta que las personas de edades intermedias, que quizás estén más preocupadas, entre otras cuestiones, por ahorrar para la jubilación.
B. EL AHORRO
El ahorro es la parte de la renta disponible de las familias que no se consume.Se ahorra por diversas razones como:
- Asegurar la protección ante posibles situaciones de enfermedad, paro, etc.
- Poder llevar a cabo proyectos que requieren desembolsos importantes (comprar una vivienda, iniciar un negocio, etc.).
- Obtener una renta suplementaria al invertir los ahorros.
El ahorro, al igual que el consumo, aumenta en la medida que crece la renta. Las familias de rentas bajas difícilmente pueden ahorrar pues destinan la mayor parte de sus ingresos a cubrir sus necesidades. También depende de los incentivos o remuneraciones que se ofrecen por ahorrar, es decir, de los tipos de interés. A mayor tipo de interés, mayor estímulo al ahorro.[1]
C. LA PROPENSIÓN MARGINAL A CONSUMIR
Aunque hemos visto que el consumo aumenta cuando crece la renta, conviene saber con más precisión en qué cuantía lo hace. La cantidad en que se incrementa el consumo cuando aumenta la renta disponible en un euro se denomina propensión marginal a consumir (PMC). En los países desarrollados, la PMC oscila entre el 0´9 y el 0´97. Si la PMC es de 0´9 significa que de aumentar la renta en 100 €, el consumo aumentará en 90 €. Como lo que no se gasta se ahorra, el ahorro aumentará en 10 €. El aumento del nivel de ahorro derivado de un euro adicional de renta se denomina propensión marginal a ahorrar (PMA). Por tanto:
[1] Para vigilar los cambios en el consumo, se recurre a diferentes indicadores económicos, que son utilizados como “termómetros” o “síntomas” de la evolución del consumo y, por tanto, de la economía:
a La encuesta continua de presupuestos familiares. Recoge las expectativas de gasto de las familias, así como el grado de optimismo o pesimismo sobre el futuro.
a Las matriculaciones de automóviles. Dentro de los gastos de consumo, la compra de automóviles es un indicador muy fiable sobre la evolución del consumo de un país.
a Las ventas en grandes superficies. Este indicador nos proporciona datos especialmente útiles para medir el consumo en alimentación y artículos de consumo masivo, típicos de este tipo de establecimientos.
a Otros indicadores son el consumo de gasolina, la encuesta del comercio al por menor, las importaciones de bienes de consumo, etc.