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El PIB no recoge aspectos importantes de la calidad de vida de las personas. Por ello existen propuestas alternativas que tratan de incorporar los cambios del medio ambiente, la equidad, la educación o la esperanza de vida. Pero no todos los economistas comparten estas iniciativas. Para unos, las cuestiones cualitativas son imposibles de cuantificar. Otros piensan que los indicadores alternativos nos informan mejor de las cosas que preocupan a las personas.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)  ofrece un ejemplo de indicador alternativo para medir el grado de desarrollo humano en el mundo: el IDH. Este índice está compuesto por tres parámetros:

• Una vida larga y saludable medida según la esperanza de vida al nacer.
• La educación, medida por la tasa de alfabetización de adultos y la tasa bruta combinada de matriculación en educación primaria, secundaria y terciaria.
• Nivel de vida digno, medido por el PIB per cápita (ajustado en dólares de USA).

El índice se sitúa entre los valores 0 y 1, indicando este último valor el máximo de desarrollo humano.

Los países se clasifican según su IDH en tres grupos:

• Desarrollo humano alto: con valores del IDH de 0´800 y superiores.
• Desarrollo humano medio: con valores entre 0´500 y 0´799.
• Desarrollo humano bajo: con valores inferiores a 0,500.

España obtiene un a puntuación de 0´949 en el informe de 2008, ocupando el lugar 16º en el índice anual de desarrollo humano, que encabeza Islandia y cierra Sierra Leona. Los parámetros que entre otros dan a España este puesto son: esperanza de vida de 80´7 años, tasa de alfabetización de adultos 97´4 % y un PIB per cápita de 29.208 dólares.